viernes, 30 de noviembre de 2012

Encuesta

Sin más salario que el sol
sobre la espalda, recorro
–mapa y carpetas en mano–
una manzana tras otra
llenas de breves pasaje
sal otro mundo. Trazados
como pedazos de letras
sobre los planos sin sombra
de la ciudad. De este modo
escrita para aves y aviones
medianos, la prosa dispersa
y fuera de foco, que pueblo
de pasos fortuitos. La calle
que busco carece de números.
La plaza cercana no existe.
Me siento a observar los dibujos
de polvo que el viento deshace
y anoto entre mis formularios:
la calle ha cambiado de nombre.

Andres Anwandter

jueves, 29 de noviembre de 2012

La biblioteca del hombre invisible

Pérfidas damas de aspecto sensible
o finas doncellas inalcanzables
venid a admirar con ánimo amable
la biblioteca del hombre invisible.

Grandes tratados sobre el imposible
aquí encontraréis, dejadme que os hable
Libros que nombran el reino maleable
claves usando del mundo tangible.

Leyendo haréis del corazón un mueble
para estos versos: con lectura doble
porque tornando las almas volubles

leídas seréis cual hojas endebles
(en vuestro cuerpo un capítulo noble)
antes que el tiempo la razón nos nuble.

Julio Carrasco

miércoles, 28 de noviembre de 2012

Hasta la carne

Otros dirán en verso otras razones,
Quién sabe si más útiles, más urgentes.
Éste no cambió su naturaleza,
Suspendida entre dos negaciones.
Ahora, inventar arte y manera
De juntar el azar y la certeza,
Se lleve en eso, o no, la vida entera.

Como quien se muerde las uñas cercenadas.

José Saramago

martes, 27 de noviembre de 2012

Un clarín en la noche

Ya me cerca el silencio,
he quemado las pistas,
ha volado los puentes
y ahora doma
- para que no alborote -
al potro de la idea.

Ya me envuelve esta fibra,
sigilosa,
en su blanco organdí la carne grave,
y es la hora sin hora
del que escuchaba las voces.

De la misma manera que nacemos
en el momento justo y sin saber,
así vuelve a parirnos la palabra
y nos hace inocentes.

Cuando ya no se guarda
cosa propia o ajena que decir
comienza a enunciarse,
por sí solas,
las verdades de siempre.

Yo no sé qué decía, pero oigo
un clarín que me dice.

Ya me enrosca el silencio
su vibrante correa
consonante;
ya comienzan las ruecas
a tejerme el sudario.
Es preciso morir,
es preciso callar para que hable
el agua de la fuente.

Vicente Gallego

lunes, 26 de noviembre de 2012

El beso

Hoy, no sé por qué, el viento ha tenido un
hermoso gesto de renuncia, y los árboles han
aceptado su quietud.
Sin embargo (y es bueno que así sea) una guitarra
organiza obstinadamente el espacio de la soledad.
Acabamos sabiendo que las flores se alimentan en
la fértil humedad.
Ésa es la verdad de la saliva.

José Saramago

domingo, 25 de noviembre de 2012

Primer silabario

Papá lee.
Mamá lava.
Papá de estaño
y aceras,
mamá de azúcar
y patio.
Papá sillón,
mamá armario.
Papá ascensor,
matemática,
castigo,
países,
carro.
Mamá cuchara
y remiendo,
mamá de jabón y paño.
Papá vuela
por las calles
con un millón de caballos.
Mamá cubre de alpiste
su pálido mundo de trapo.
Papá lee.
Mamá lava.
Yo voy a romper, mamá,
alfileres y candados.

Ana Istarú

sábado, 24 de noviembre de 2012

No nos guardes para mañana

No hay error en la cifra del tiempo
en los brazos del mar el mundo
camino quieto, vertical.

Dejemos entonces a la flecha zumbar
su filo ininterrumpido más allá de los límites.
No hay esperanza, ni temores
nada nos es más ajeno que profetizar la fisonomía
de los días que sabemos eternamente plagados
de lluvia, serenidad y pereza a montones. 

Acaso podamos retener este momento.

Verónica Jiménez

viernes, 23 de noviembre de 2012

Desde siempre

Tu paso
-de una sílaba-
por mi larga fila
de palabras vacías
estaba anunciado desde siempre

Tu paso de ecos
como la lluvia
de tu tierra amada
era realidad antes de verte

Tu paso
de cascabel y gaita
era lo que en mi alma acontecía
cuando la visitaban de niña los presagios.

María Clara González

jueves, 22 de noviembre de 2012

Reminiscencias quirománticas

Dos manos de flores pendientes resumen la
burda escultura de exóticas formas que
brillan vendiendo a las brujas el
augusto signo de la vida por muerte
leyendo en las líneas las miles de
veces que vences o gimes o lloras o ríes o
emprendes camino a un paso fijo que
lucha en la noche repeliendo los
viles ataúdes que esgrime el fracaso.

Alejandra Pizarnik

miércoles, 21 de noviembre de 2012

El amor brujo

He robado parte de tu cuerpo y de tu alma
Le he tendido una celada a los recuerdos
que aquí te recuerdo ¿Recuerdas amor?

El cielo de la noche casi azul se asoma
entre tus pestañas Noche vibrátil

Una vez me fui hasta tu región de monte
enfermo de hongos y tristezas muy tristes
Y aluciné con tu imagen alta y flexible
galopando un caballo de nube Luego
venías por la tarde desde el Retiro de los Indios
en tu carruaje blanco y yo iba a pie
por la carretera Como un sonámbulo

Sonríes desde lejos como si masticaras
mi corazón entre tus colmillos

Mis palabras le quitan a tu vida muerte
Vives en este libro aunque te tengo miedo
Aunque apenas si hemos hablado Pero te amo
tanto como siempre Tanto como puedas imaginar

Y estamos lejos Como el sol del mar.

Raul Gómez Jattin

martes, 20 de noviembre de 2012

Idilio

Regresábamos del parque por el pasto
mojado, cuando el tiempo se hizo tenue
para alguna aparición:
me contabas
o recuerdo –como un viaje– solamente
que yo andaba entre tu voz y las palabras
con pisadas tentativas de turista
que desciende a la ciudad envuelta en brumas
cerro abajo.
Engastada entre las grietas
de la historia te esfumabas:
divisé
una gema, eso es todo. Breves ráfagas
de aire frío disolvieron la escalera
empedrada de recuerdos, el rocío
me guiñó desde las hojas:
eso es todo
lo que tengo que contar, ibas diciendo
al llegar a la vereda iluminada. 
Y el rumor, menos lejano, de automóviles
se mezclaba con tu voz y con la noche.

Andres Anwandter

lunes, 19 de noviembre de 2012

El hogar

Tengo los ojos tan grandes
tantos gestos sin tocar
que me busco en todas las manos.
Y pido unos huesos prestados a la caricia.
Pero aquí
no ha habido cuerpo alguno
sino tránsito.
A veces
escribo mi nombre sobre los muebles
para verme caer en el polvo de las cosas.
O simplemente
para trizar el silencio y entrarme
...cuando ya me he marchado.
El mundo también aquí se derrumba
pero con más calma.
El polvo es un signo
que en puntillas borra otros signos.

Enoc Muñoz

domingo, 18 de noviembre de 2012

Estabas, pero no se te veía

Estabas, pero no se te veía
aquí en la luz terrestre, en nuestra luz
de todos.
Tu realidad vivía entre nosotros
indiscernible y cierta
como la flor, el monte, el mar,
cuando a la noche
son un puro sentir, casi invisible.
El mediodía terrenal
esa luz suficiente
para leer los destinos y los números,
nunca pudo explicarte.
Tan sólo desde ti venir podía
tu aclaración total. Te iban buscando
por tardes grises, por mañanas claras,
por luz de luna o sol, sin encontrar.
Es
que a ti sólo se llega por tu luz.
Y así cuando te ardiste en otra vida,
en ese llamear tu luz nació,
la cegadora luz que te rodea
cuando mis ojos son los que te miran
—esa que tú me diste para verte—,
para saber quién éramos tú y yo:
la luz de dos.
De dos, porque mis ojos son los únicos
que saben ver con ella,
porque
con ella sólo pueden verte a ti.
Ni recuerdos nos unen, ni promesas.
No. Lo que nos enlaza
es que sólo entre dos, únicos dos,
tú para ser mirada, yo mirándote,
vivir puede esa luz. Y si te vas
te esperan, procelosas las auroras,
las lumbres cenitales, los crepúsculos,
todo ese oscuro mundo que se llama
no volvernos a ver:
no volvernos a ver nunca en tu luz.

Pedro Salinas

sábado, 17 de noviembre de 2012

La misión del poeta...

La misión del poeta es nombrar lo innombrable, denunciar el engaño, tomar partido, iniciar discusiones, dar forma al mundo e impedir que se duerma. Y si de los cortes que infligen sus versos brotan ríos de sangre, de ellos se alimentará...

Los versos satánicos. Salman Rushdie.





Un año de aquella lectura, un año del nacimiento de la magia.

viernes, 16 de noviembre de 2012

Hagamos un trato

Compañera
usted sabe
puede contar
conmigo
no hasta dos
o hasta diez
sino contar
conmigo

si alguna vez
advierte
que la miro a los ojos
y una veta de amor
reconoce en los míos
no alerte sus fusiles
ni piense qué delirio
a pesar de la veta
o tal vez porque existe
usted puede contar
conmigo

si otras veces
me encuentra
huraño sin motivo
no piense qué flojera
igual puede contar
conmigo

pero hagamos un trato
yo quisiera contar
con usted
es tan lindo
saber que usted existe
uno se siente vivo
y cuando digo esto
quiero decir contar
aunque sea hasta dos
aunque sea hasta cinco
no ya para que acuda
presurosa en mi auxilio
sino para saber
a ciencia cierta
que usted sabe que puede
contar conmigo.

Sobre los viejos tratos

Mario Benedetti

jueves, 15 de noviembre de 2012

Huella

Esta noche visitaré tu sueño
entraré silenciosa
disfrazada de ola o de tormenta
de lluvia o de gaviota
Caminaré tu adentro y arribaré a tu playa

Cuando despiertes
recordarás a aquella
que compartió contigo
tus "Saudades"

María Clara González

miércoles, 14 de noviembre de 2012

Compañero de olvido

Compañero remoto en tu fe de madera
alerta en la querella que no se desvanece
transcurres por los sueños y el incierto futuro
sin parpadear ni vernos / custodio de la noche

hacedores de inviernos y socorros mendigos
legatarios de brumas y expiaciones
se borran y te borran del próximo presagio
dictándote el olvido y olvidándote

de poco y nada sirven los residuos
de las dulzuras o de las borrascas
pero aun si proteges tu dolor bajo llave
igual han de llegarte mi alarma y mi consuelo

compañero de olvido / en el olvido
estamos recordándonos sabiéndonos
solidarios sin nombre / solitarios
de a uno o en montón pero insepultos

compañero de olvido / no te olvido
tus tormentos asoman en mis sienes blancuzcas
el mundo cambia pero no mi mano
ni aunque dios nos olvide / olvidaremos

Mario Benedetti

martes, 13 de noviembre de 2012

No está sentado a la derecha

No está sentado a la derecha.
No me prohíbe ni me arrasa ni me encierra.
No tuvo un látigo, no sabe de la cuerda.
No prende al negro.
No sucumben sus pies en unas botas.
No juzgaría a aquel gorrión innecesario.
No lo humilla el viaje a la cebolla.
No puede hacer su flor bajo el tirano.

Vino a este sitio del sudor como nosotros.
Me trajo las dos alas.
Esa bala que fue hasta el transeúnte lo parte
amargamente.
Sangra en el árabe.
Su corazón se raja como un cántaro en la guerra.
Pone a parir la luz sobre su lienzo.
Está dorando el ajo como un astro.
Vive de pie a la izquierda ahora y en la hora.

Desde entonces no salgo de la estación del celo.

Ana Istarú

lunes, 12 de noviembre de 2012

Osario

Comienzo
por apagar las estrellas.
No quiero despertar a nadie.

La oscuridad pasa
cerrando puertas y ventanas.
Entonces escarbo el acecho.
Bandada de dedos rotos
para pájaro.
Lunaciones cayéndose de carne.
Y me desvisto y me desvisto
hasta hacerme aparecer
en otro cuerpo.
Que nacer es llenar una ausencia
que anda vestida de negro.

Unos pasos mueven la noche.
No quiero despertar a nadie.

Enoc Muñoz

domingo, 11 de noviembre de 2012

Deslumbramiento por el deseo

Instantáneo relámpago
tu aparición
Te asomas súbitamente
en un vértigo de fuego y música
por donde desapareces.

Deslumbras mis ojos
y quedas en el aire.

Raul Gómez Jattin

sábado, 10 de noviembre de 2012

Desasosiego

1
Me siento extraña

Percibo el ruido
del tiempo que camina
por mi piel.

2
Siento miedo
de acercarme al instante
en que la red se rompa
y el torrente impreciso
no fluya más en mí.

María Clara González

viernes, 9 de noviembre de 2012

Cierre de las transmisiones

Esquirlas de los sueños estrellados
contra el muro por la tarde, al despertar
violentamente.
O el disparo simultáneo de incontables
escopetas, como un eco.
La estampida
de las nubes por el cielo que precede
a una noche lluviosa.
El rumor
que se acerca y aleja de alguna
avioneta.
Rachas breves
y esquivas de viento salpican
el techo de zinc, acarrean
las hojas afuera:
penumbra
bendecida por la luz intermitente
y azulada de la televisión.
Gatos
entre arbustos, al acecho del fulgor
que ilumina los cristales.
El diafragma
de sus ojos obturado para ver
en la sombra:
a través del ventanal
recostada boca abajo una silueta
descompone la vigilia entre los pliegues
de la almohada.
A sus espaldas
la pantalla se disuelve en ruido blanco.

Andrés Anwandter

jueves, 8 de noviembre de 2012

El mismo libro

Ahora
que hemos leído el mismo libro
tal vez
nos parecemos un poco más.

Por eso
lo vuelvo a hojear.
Párpado a párpado.
Que de una mirada a otra
hay toda la noche del mundo.

Tal vez
ahora
hablemos de la misma ausencia.
Del mismo libro que nos separa.

Enoc Muñoz

miércoles, 7 de noviembre de 2012

Olvido

Por fin crucé la puerta
que confunde
recuerdos con cenizas
Tu silueta se yergue
ante mí
estática
vacía

Hoy

ya me fue imposible
recobrar tu sonrisa

María Clara González

martes, 6 de noviembre de 2012

Sombras de los días a venir

Mañana
me vestirán con cenizas al alba,
me llenarán la boca de flores.
Aprenderé a dormir
en la memoria de un muro,
en la respiración de un animal que sueña.

Alejandra Pizarnik

lunes, 5 de noviembre de 2012

Soledades

Ellos tienen razón
esa felicidad
al menos con mayúscula
no existe
ah pero si existiera con minúscula
seria semejante a nuestra breve
presoledad

después de la alegría viene la soledad
después de la plenitud viene la soledad
después del amor viene la soledad

ya se que es una pobre deformación
pero lo cierto es que en ese durable minuto
uno se siente
solo en el mundo

sin asideros
sin pretextos
sin abrazos
sin rencores
sin las cosas que unen o separan
y en esa sola manera de estar solo
ni siquiera uno se apiada de uno mismo

los datos objetivos son como sigue

hay diez centímetros de silencio
entre tus manos y mis manos
una frontera de palabras no dichas
entre tus labios y mis labios
y algo que brilla así de triste
entre tus ojos y mis ojos

claro que la soledad no viene sola

si se mira por sobre el hombro mustio
de nuestras soledades
se vera un largo y compacto imposible
un sencillo respeto por terceros o cuartos
ese percance de ser buenagente

después de la alegría
después de la plenitud
después del amor
viene la soledad

conforme
pero
que vendrá después
de la soledad veces no me siento
tan solo
si imagino
mejor dicho si se
que mas allá de mi soledad
y de la tuya
otra vez estas vos
aunque sea preguntándote a solas
que vendrá después
de la soledad.

Porque a veces los poemas... nos dicen lo que, en ocasiones, llevamos dentro

Mario Benedetti

Existe un pedazo de carne en el cuerpo...

Existe un pedazo de carne en el cuerpo;
si éste es bueno,
todo el cuerpo es bueno,
y si está corrompido
todo el cuerpo se corrompe;
es el corazón.

Muhammad (saws)

domingo, 4 de noviembre de 2012

El agresor oculto

Me envenenó la vida
Me sustrajo de mi movimiento natural
y me entregó a las sombras
de los amores no correspondidos
Me trastocó los sueños
metiéndose como un conspirador entre sus grietas
Desempolvó recuerdos
que hablaban de partidas y de adioses
Mientras tanto mi alma
acostumbrada a la desgracia
lo veía hacer
como un condenado que presencia
el levantamiento del patíbulo.

Raul Gómez Jattin

sábado, 3 de noviembre de 2012

Dicotomía incruenta

Siempre llega mi mano
más tarde que otra mano que se mezcla a la mía
y forman una mano.

Cuando voy a sentarme
advierto que mi cuerpo
se sienta en otro cuerpo que acaba de sentarse
adonde yo me siento.

Y en el preciso instante
de entrar en una casa,
descubro que ya estaba
antes de haber llegado.

Por eso es muy posible que no asista a mi entierro,
y que mientras me rieguen de lugares comunes,
ya me encuentre en la tumba,
vestido de esqueleto,
bostezando los tópicos y los llantos fingidos.

Oliverio Girondo

viernes, 2 de noviembre de 2012

Cuando el tiempo ya es ido, uno retorna...

Cuando el tiempo ya es ido, uno retorna
como a la casa de la infancia, a algunos
días, rostros, sucesos que supieron
recorrer el camino de nuestro corazón.
Vuelven de nuevo los cansados pasos
cada vez más sencillos y más lentos,
al mismo día, el mismo amigo, el mismo
viejo sol. Y queremos contar la maravilla
ciega para los otros, a nuestros ojos clara,
en donde la memoria ha detenido
como un pintor, un gesto de la mano,
una sonrisa, un modo breve de saludar.
Pues poco a poco el mundo se vuelve impenetrable,
los ojos no comprenden, la mano ya no toca
el alimento innombrable, lo real.

Fina García Marruz

Yo, la hembra fiera

Yo, la marsupial,
la roedora,
la que no tiene tregua,
la que ha juntado ramas,
la que escoge las hierbas con las zarpas heridas,
la que gasta los cobres de su lengua
para fraguar el nido
y está midiendo el viento,
y acapara el lado oculto
de todas las colmenas,
la que atina a mirar los trajes de la luna
y quiere desovar,
la que fue fecundada
con un polen antiguo
y está que la revienta
la gloria de la estirpe,
n la que tan sólo espero un signo de los astros
para tirarme
con un rugido ronco a dar a luz,
yo, la hembra fiera,
la traidora,
la taimada,
la que a la muerte ha echado
a perder
su cacería.

Ana Istarú

jueves, 1 de noviembre de 2012

Parpadeo

Esa pared me inhibe lentamente
piedra a piedra me agravia

ya que no tengo tiempo de bajar hasta el mar
y escuchar su siniestra horadante alegría
ya que no tengo tiempo de acumular nostalgias
debajo de aquel pino perforador del cielo
ya que no tengo tiempo de dar la cara al viento
y oxigenar de veras el alma y los pulmones

voy a cerrar los ojos y tapiar los oídos
y verter otro mar sobre mis redes
y enderezar un pino imaginario
y desatar un viento que me arrastre
lejos de las intrigas y las máquinas
lejos de los horarios ylos pelmas

pero puertas adentro es un fracaso
este mar que me invento no me moja
no tiene aroma el árbol que levanto
y mi huracán suplente ni siquiera
sirve para barrer mis odios secos.

entonces me reintegro a mi contorno
vuelvo a escuchar la tarde y el estruendo
vuelvo a mirar el muro piedra a piedra
y llego a la vislumbre decisiva
habría que derribarlo para ir
a conquistar el mar el pino el viento.

Mario Benedetti

Desamor

Las razones
que tuve para amarte
se borraron anoche
en la tormenta

Quedé limpia

Tu olor a huésped
voluptuoso en mis entrañas
se enredó con la lluvia
y se marchó.

María Clara González